Todos sabemos que los padres quieren lo mejor para sus hijos. Sin embargo, cuando se trata de escoger una carrera algunos padres pueden ejercer una presión excesiva bien sea para que sus hijos alcancen el éxito, para que escojan la carrera que ellos prefieren o para estudiar en una determinada universidad y no en otra.
De hecho, esto es más común de lo que parece y muchos alumnos que se preparan para ingresar a la universidad se ven en el dilema de sumar la presión de sus padres a la tensión natural que causa elegir una carrera.
A continuación te presentamos algunas estrategias para manejar la presión de tus padres al elegir una carrera.
1. Involúcralos en el proceso
Por supuesto que tus padres van a estar involucrados en el proceso de decisión sobre tu carrera universitaria, pero es diferente cuando tú los invitas y los haces parte. Eso los ayuda a sentirse más involucrados en tu decisión..
Muéstrales todo, las páginas que visitas, los videos que ves, este artículo si te sientes a gusto, el temario de estudios para el examen, las mallas curriculares, los calendarios de inscripción, todo lo que quieras. Dales la bienvenida a tu proceso para que no sientan que deben “Entrar por otra vía”, así sabrán que esto es algo que te pertenece.
2. Haz preguntas abiertas
Una manera muy sencilla de lograr apertura en los debates es evitando las preguntas que sólo terminan en “Porque sí”, “Porque no” o “Porque yo lo digo”. Cuando tus padres manifiesten su opinión sobre la carrera o la universidad que tienes en mente, hazles preguntas de seguimiento que sean abiertas para que puedan explicarte mejor su punto de vista.
Usa preguntas como “¿Por qué crees eso?”, “¿Qué información tienes?”, “¿Cómo fue tu experiencia o la de personas que conoces?”. Siguiente paso: escúchalos con atención.
En tus padres tienes aliados experimentados con consejos invaluables. Sin embargo, para poder manejar la presión al elegir una carrera debes ser tú quien lidere la conversación haciendo las preguntas adecuadas.
3. Define los límites
Por tu edad y tu relación aún dependiente con tus padres quizá no tengas mucha experiencia en esto de “poner límites”, pero estás construyendo tu identidad, formando tu carácter, y elegir una carrera es seguramente la primera gran decisión de vida que vas a tomar, así que te corresponde tomar el mando de la situación.
Establecer límites es sano si se hace bien, con respeto, reconociendo la autoridad de tus padres así como tu derecho a tener criterios y opiniones propias. Ambas cosas pueden convivir juntas.
Por lo tanto, decide hasta qué punto quieres que tus padres te acompañen en el proceso, cuáles opiniones resultan menos favorables y cuáles otras necesitas como orientación. Estará bien hablarlo abiertamente en un espacio de confianza.
4. Hablen del futuro
Tus padres te aman y estarán encantados de participar de tu proceso de elección de carrera. Sin embargo, esta situación podría generar tensión entre ustedes. Una buena táctica para disminuir esa presión es hablar juntos sobre el futuro, imaginarlo, describirlo, casi soñarlo.
Describe a tus padres con detalle cómo te visualizas, qué cosas te ves haciendo en 5 años, por qué una carrera te gusta más que otra en términos de proyección a futuro. Habla con confianza desde tus sentimientos y pide a tus padres que hagan el ejercicio de proyección a futuro contigo para conocer mutuamente las expectativas de todos.
5. Muéstrales tu plan
Si tienes un plan sobre en qué universidades postular o por cuáles carreras vas a decidirte, muéstraselo a tus padres. Si no lo tienes, háganlo juntos. La idea es que ellos, desde su experiencia, aporten comentarios valiosos a lo que tienes pensado.
Se lo más específico posible, si tu plan incluye posgrados, cursos extra o estudios en el exterior este es el momento de mostrarles lo que tienes en mente o construir entre todos un plan único para ti.
Finalmente, recuerda que tus padres siempre van a querer lo mejor para ti y por eso probablemente también estén nerviosos y a la expectativa de la elección de tu carrera. Recorran juntos este camino reduciendo las tensiones a través de la comunicación amorosa y afectiva.